Ya sabes...
ya sabes mi querida amiga fantasma,
que Yo me puedo sólo,
que con mi presencia agoto mis existencias,
que hasta a veces me autoconsumo sin más historias...
ya sabes mi querida amiga fantasma,
que me gusta caminar desnudo por los Bosques
y por el borde de los Acantilados,
me entusiasma la caricia del enfurecido Viento
y el rugido que emana de esa boca llamada, Mar,
y de los Bosques me quedo con el extraño lenguaje de los Árboles
y con la espesa densidad húmeda de sus mañanas otoñales....
ya sabes mi querida amiga fantasma
que a mi me encanta el mar
y el jugar a contar estrellas fugaces
y porque adoro la fugacidad de las cosas,
el hoy estoy aquí
y el mañana estoy allá
y por el medio estuve en evolución constante hacia no sé donde...
como ves mi querida amiga fantasma,
todos somos personas un poco confusas,
otro poco débiles,
otro poco dubitativas e inseguras
y de vez en cuando,
tenemos o logramos un punto de seguridad
y entonces nos mostramos como desearíamos ser,
nos puede más el deseo de ser que la realidad de como uno es,
pero de eso también vivimos,
de nuestras ilusiones, de nuestros deseos,
y sobre todo, vivimos de nuestra imaginación desbordante.
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