EL TITANIC

Para eso estamos aquí, para a veces dar el martillazo en el clavo y en otras, darte en el dedo. La diferencia es evidente, pero también lo es, que si no te das en el dedo, nunca podrás acertar en el clavo. Esto es de perogrullo y no pretendo hacer una escuela de filosofía con éste razonamiento, pero si el hacer un inciso de advertencia, de que no todo lo que reluce es oro y bueno, que hay que saber equivocarse y para ello, cada equivocación será un acierto más adelante.

Yo cuando digo éstas cosas, es que previamente me las estoy aplicando, y por tanto sólo soy un reflejo de mi proceso de pensamiento. Vamos que predico con causa y no predico pensando que todo es una mierda y porque si fuera así, no predicaría, simplemente me cagaría en todo lo que existe. Qué también es respetable, pues a veces cagarse en todo lo que se menea, es liberador y por tanto, es eficiente. Pero hoy no es el caso y porque hoy me siento trascendente y todo, absolutamente todo, tiene su parte de importancia.

No dejo de pensar que si yo hubiera nacido y vivido en otro sitio, sería un tío diferente a lo que soy actualmente. Y ya puestos fuera de órbita, si hubiera nacido y vivido en Marte, ahora hubiera sido un Marciano o por lo menos más marciano de lo ya soy. Pero no, nací en Vigo y vivo en la Isla de Menorca y por el medio he dejado varios sitios arrasados y que no crece una hierba desde que yo pasé por ellos y como yo soy una mala hierba tengo que decir: que me crezco ante las adversidades y no me hundo, tal y como se hundió el Titanic

.